noviembre 16, 2009

Nuestra Habana


La Habana tiene aroma a tiempo. Una humedad secular impregna cada fachada o muro
Puerto de mar y capital de una isla sin par, se reinventa y levanta desde sus ruinas. Las inevitables de los años y las imperdonables del abandono. Se levanta poco a poco, con la inteligencia de la restauracion, de la mano de la Oficina del Historiador, hijo legitimo de uno de sus barrios y continuador de la obra de sus antecesores.
Y con el esfuerzo de todos los que creen en la obra del bien y el progreso.

Es una ciudad donde pocos escapan a su amor. Y al embrujo del paseo por sus calles y malecon, avenida medular de cada habanero.

Es la ciudad de todo el que la ame, no importa de donde venga.

Hoy, cumple 490 años.


Pan a la espera de Giraldilla










3 comentarios:

chica de ciudad dijo...

Bonito reportage de la Habana, este verano estuve allí y es impresionante. En primavera tengo previsto volver, esta vez con una buena cámara y sacar el más mínimo detalle. Soy aficionada a la fotografía.
Me preguntaba si habrías hecho fotos del taller de Gráfica en el callejón del Chorro...
Un saludo!

Fernando Santos (Chana) dijo...

Caro amigo, belas fotografias...Espectacular....
Um abraço

Mauro dijo...

Ciao!
Complimenti per questee belle fotografie!