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noviembre 08, 2006

Biatlé, fiesta deportiva

Temprano en la mañana se apreció un incesante ir y venir de los competidores por el circuito destinado para la cita del Biatlé en la Habana. Unos minutos antes de empezar los diecinueve encuentros programados, estaban en el escenario Klaus Schman, presidente UIPM, Ivar Sisniega, presidente de la disciplina para nuestro continente; y José Ramón Fernández, titular del Comité Organizador del Congreso Mundial Deporte para Todos, evento clausurado unas horas antes en el Palacio de Convenciones de la capital cubana.










Ivar Sisniega, presidente de la disciplina para nuestro continente participó en la competencia


Al centro el legendario Ramón Cordobés, ¡con 93 años!

Solo 10 segundos para depositar o recojer las pertenencias...

¡Y al agua!

Más fotorreportajes

noviembre 07, 2006

diciembre 26, 2005

Niños de mi país/ Cuban children (II)

Las tardes del Almendares

Las tardes del invierno cubano suelen ser frescas, quizás como lo fueron un día las aguas del río Almendares que por esta época, corría manso en siglos pasados. De regreso a casa siempre cruzo Puentes grandes y veo el río correr represa abajo. A veces es mi memoria la que corre río abajo o río arriba por aquellas tardes, un poquito lejanas ya, en que me escapaba con los compinches. Admiradores como éramos, de Sawyer y Huck, explorarabamos esas márgenes pestilentes, con sus fábricas, desagües y caseríos.
El Almendares era nuestro Missisippi en escala. Desde luego, nunca llegamos a emplumar a nadie.
Era pura emoción. Y yo era todavía un niño. Como Reinier y Ernesto, que me los encuentro ahora en el mismo Puentes Grandes, de compinches, pescando. Y no puedo evitar volver sobre mi infancia otra vez, cuando también pescaba en esas aguas, un poco más arriba, allá en el Parque Lenin y sacaba biajacas con mi hermano y mi padre y mi vara de pescar hecha de bambú. Y los botes que, adolescente ya, monté en el Parque Almendares, aguas abajo de este Puentes grandes donde me he topado con estos dos niños y con mis recuerdos.
Dicen que uno es de grande el niño que fue.


--O--

Perhaps the afternoons of the Cuban winter usually are fresh, like were it a day the waters of the Almendares river that by this time, ran tame in last centuries. From return to house always I cross Great Bridges and I see the river run dam down. Sometimes it is my memory the one that runs river down or river arrives in those afternoons, just a little bit distant already, in which it escaped to me with the pals. We was Admirers of Sawyer and Huck, and we explorer those pestilentes margins, with its factories, water-drainages and small villages. The Almendares was our Missisippi in scale. It was pure emotion. And I was still a boy. Like Reinier and Ernesto, who me the encounter now in the same Great Bridges, of pals, fishing. And I cannot avoid to again return on my childhood, when also it fished in those waters, a little above, back in the Lenin Park and removed to biajacas with my brother and my father and my twig to fish done of bamboo. And the boats that, adolescent already, I mounted in the Almendares Park, waters under this Great Bridges where I have run into with these two children and my memories. Memories say that people is adult in the same way that boy who was.
































diciembre 25, 2005

noviembre 29, 2005

Varadero




Cuba, el calor y Varadero
(English version top down )

En Cuba el verano extiende sus alas hasta bien entrados unos cuantos “frentes fríos” que provenientes del norte, refrescan la isla en los meses finales del año y hasta abril del siguiente. Y se las arregla para entre “norte” y “norte”, colarse con su calor sofocante. Así nos parece que tenemos un eterno verano, lo cual no es un problema si se tiene cerca una playa o algún depósito de agua por el estilo. Pero lo que a menudo se tiene es el sol hincando las espaldas y sudor corriendo por la frente como si se tratara de una catarata: la playa es una ilusión constante mientras llega el fin de semana.
Hay quien se “aventura” entonces en el transporte público y trata de llegar a las playas del este, con sus extensas franjas de arena.O a las del oeste, populares por su cercanía a la capital y con sus círculos sociales, pero de menos abolengo.
Y está también Varadero, la playa fetiche del turismo en Cuba en la que todos quisiéramos recalar alguna vez.

Llegar allí si que es una aventura para el común de los cubanos. Debo confesar que solo había estado antes por razones de trabajo. El mar lo vi desde la ventanilla del carro.
De modo que haciendo malabares con el transporte y el tiempo (y con una reservación de hotel que como premio ganó mi novia Leslie), salimos el fin de semana pasado, decididos a llegar al afamado balneario de la provincia de Matanzas.
Con suerte arribamos a las diez de la noche, un tanto fría en esta época. El hotelito no era de lo mejor, al menos lo que esperábamos como buenos cubanos. Pero nos acomodamos pronto, como buenos cubanos también. Y luego el cansancio de un viaje de mas de 8 horas, (en un tramo que se recorre naturalmente en dos y media) no nos dejo mas espacio para vigilia, así que nos metimos en la cama hasta bien entrada la mañana del día siguiente.


Después de desayunar nos fuimos al mar, a caminar por la costa como lo hacen tantos de un lado para el otro, constantemente. Veinte kilómetros de playa para recorrer sin preocupaciones de ninguna clase. Y un excelente clima además, propicio para desenfundar la cámara para hacer mis fotografías, que es, de todo lo que sé hacer, lo que más me gusta.Y con lo que me gano la vida.

Recorrimos la orilla de la playa durante cuatro días. Visitantes de “afuera”, como se dice en las islas; cubanos que llegaron como nosotros, tocados con un "tach de gloria"; pescadores y vendedores de artesanías, desfilaron frente a mi cámara junto a vegetales y conchas arrojados por el mar sobre la duna.Y algún que otro cangrejo aventurero. Todo un mundo singular de solaz y ocio.

Fuimos descubriendo Varadero con la mirada del visitante que ve las cosas por primera vez, pero sin prestarle mucha atención a la infraestructura turística, de la cual solo nos servimos para pernoctar y comer, cosas que hubiésemos hecho con gusto en las caletas de la playa si hubiese restaurante a nuestro alcance allí.


Y regresamos el lunes, con mejor estrella que en el viaje inaugural, a la ciudad calurosa, bullanguera y estridente que es la Habana, a soñar con un fin de semana de playa refrescante y relajadora, quizás no tan “lejana” como Varadero.

Cuba, the summer and the Varadero Beach

In Cuba the summer extends its wings until good entered a few “cold fronts” that originating of the north, refresh the island in the final months of the year and until April of the following one. And one fixes them stops between “north” and “north”, to strain itself with his suffocating heat. To thus it seems us that we have an eternal summer, which is not a problem if a beach or some water tank is had close of the sort. But what often it is had it is the sun sinking the backs and sweat running by the forehead as if one was a cataract: the beach is a constant illusion while the weekend arrives. There is one who “then adventure” in the public transport and is to arrive at beaches of the east, with its extensive sand strips. Or to those of the west, popular by its proximity to the capital and with its social circles, but of less ancestry. And it is also Varadero, the beach fetiche of the tourism in Cuba in which all we wanted to saturate sometimes. To arrive there is an adventure for the common of the Cubans. I must confess that it had before been for work reasons. The sea I saw from the window of the car. So that doing magic with transport and time (and with a hotel reservation that as prize gained my girlfriend Leslie), we left the last weekend, determined to arrive at the famous bath of the Matanzas province. With luck we arrived at ten, at night somewhat cold one at this time. The hotel was not of the best thing, at least what we hoped like good Cuban. But we accommodated soon, like good Cuban also. And soon the fatigue of a trip of but of 8 hours, (in a section that is crossed naturally in two) I do not leave but space us for watch, so we put in the bed until entered the morning of the following day. After having breakfast we went to the sea, to walk constantly by the coast since they do so many of a side for the other. Twenty kilometers of beach to cross without preoccupations of any class. And an excellent climate in addition, propitious to unholster the camera to make my photographies, that are, of everything what I know to do, which I like more. And with which I gain the life. We crossed the border of the beach during four days. Visitors of “outside”, as he says himself in the islands; Cuban which they arrived like us, touched with “tach of glory”; fishermen and salesmen of crafts, in front of marched past my camera next to vegetables and shells thrown by the sea on the dune. And some that another adventurous crab. Everything a singular world of leisure. We were discovering Varadero with the glance of the visitor that sees the things for the first time, but without giving much attention to the tourist infrastructure, of which single we used to spend the night and to eat, things that we had done with taste in creeks of the beach if there were restaurant to our reach there. And we returned Monday, with better star than in the inaugural trip, to the warm city, bullanguera and estridente that is Havana, to dream about a weekend of frech and relax beach, “perhaps not so distant” as Varadero.

noviembre 05, 2005

-Viñales

(English version top down)

La naturaleza distinguió al occidente cubano con un paraje de singular geografía. Viñales lo nombró el hombre y no deja de admirar, maravillado, las montañas y valles que lo conforman. Localizado en la Provincia de Pinar del Río, llamada la Catedral de la Naturaleza en Cuba.
Después de dos horas y media de viaje hacia el oeste desde La Habana, se llega a este lugar donde se abre ante los ojos el esplendor de un lomerío cuyas formaciones rocosas se conocen como mogotes, una especie de montaña de laderas abruptas.
Llamados hoyos, los valles entre los mogotes son cultivados con el aromático y místico tabaco, con el que se elaboran después los famosos puros.


Abundan también las grutas como la del río Palmarito que atraviesan la cordillera de Guaniguanico, o la del Indio, que puede recorrerse en bote.






Y la historia de las milicias en la Cuba revolucionaria empezó aquí, con los celebres Malagones que coparon a las bandas reaccionarias y a cuya memoria se levanta un sobrio mausoleo en la comunidad Moncada.













Distingue también a Viñales la proverbial nobleza y hospitalidad de sus habitantes, complemento maravilloso con la naturaleza de este sitio que apasiona a cuantos lo conocen.


Viñales valley

The nature distinguished to the Cuban West with a place of singular geography. Viñales named the man and it does not let admire, astonished, the mountains and valleys that conform it. Located in the Province of Pinar del Rio, call the Cathedral of the Nature in Cuba. After two hours and average of trip towards the west from Havana, it is arrived at this place where the rocky splendour of hills is opened before the eyes whose formation is known like wooded hills, a steep slope mountain species. Calls holes, the valleys between wooded hills are cultivated with the aromatic and mystical tobacco, with which the pure ones are elaborated later famous. The grottos like the one with the Palmarito river that cross the mountain range of Guaniguanico, or the one of the Indian also abound, who can cross itself in boat. And the history of the military services in revolutionary Cuba began here, with the celebrate Malagones that they won to the reactionary bands and whose memory to them Moncada rises to a sober mausoleum in the community. It also distinguishes to Viñales the proverbial nobility and hospitality of their inhabitants, wonderful complement with the nature of this site that gets passionate to whatever knows it.

noviembre 04, 2005

-La Habana después de Wilma

Cualquier cubano de a pie puede disertar sobre ciclones y otros fenómenos naturales con la propiedad de quien ha estudiado en una universidad. Lo cierto es que cada año el país es "visitado" por huracanes que casi se han convertido en un miembro de la familia al que se ha aprendido a conocer y a sobrellevar. Aún así, cuando vienen violentos no queda mas que asegurar lo que se pueda y "esperarlos " en un lugar a buen recaudo. El huracán Wilma (además tienen nombre propio) lanzó el mar a las calles de la Habana en la madrugada del 23 de octubre pasado.

En la mañana, la costa de la ciudad emulaba con la celebre Venecia, pero le faltaron las romanticas gondolas. En su lugar aparecieron vehículos anfibios del ejército rescatando a ingenuos vecinos que, a pesar de la alerta temprana de las autoridades, esperaron a última hora y no pudieron salir después. También apresando algunos “amigos de lo ajeno” que pescaban objetos escapados a sus dueños y que flotaban a la deriva en la descomunal marea.

El agua llegó hasta 300 metros tierra adentro. Muros de más de 10 toneladas de peso a lo largo del malecón fueron arrastrados por la fuerza del mar que golpeó con furia más de 24 horas seguidas.


En los días siguientes se retiró el mar y comenzó la gente el retorno al vecindario. El paisaje no era menos desolador que haberlo visto inundado. Un enjambre de electricistas, barrenderos, vecinos y cuanta persona podía y quería ayudar, comenzó a recoger el lodo y a salvar lo que se podía.





Al malecón se le restañan las heridas y recupera su imágen.
Otras obras demorarán más.






Pero los habitantes de esta ciudad, conocedores de los vapuleos de la naturaleza cada año, embisten con fuerza restauradora las adversidades y no se dejan amilanar.






Los habaneros(nativos o naturalizados) trabajan sin descanso para devolverle a la ciudad su dignidad.

octubre 03, 2005

-Viaje al Turquino (I)


(English version top down)

Turquino. Desde la escuela nos hablan de él. El pico mas alto de Cuba, en la Sierra Maestra, en Oriente. Y desde entonces soñamos conquistarlo.
Asi llegó un buen dia de marzo de 2004. Estudiantes aún, pero de tercer año de Periodismo,emprenden la aventura. El plan es subir por la ladera de Santiago de Cuba. Pasaje en tren y guitarra en mano, desde La Habana comienza un viaje al otro extremo del país que por mucho, será memorable; para algunos irrepetible.

Santiago de Cuba. Maravilloso y alegre amanece cuando por fin llega el tren, y la guitarra.


Lo primero es el mausoleo de Marti, en el cementerio Santa Efigenia, a unos pasos de la estación, y toda la historia patria que atesora en sus muros.
Luego será la ciudad y sus gentes.













El Santuario Nacional de la Virgen de la Caridad del Cobre; los escalones de la calle Padre Pico; el museo Bacardí.

Todo resuma historia y tradición en la segunda ciudad de Cuba.















En un alto,el cuartel Guillermón Moncada, en cuyos sucesos del 26 de julio de 1953 se forjó la aurora de la Revolucion Cubana.



















Y terminamos el dia recalando en la noche de la Plaza de Armas, toda luz y espacio de una ciudad de profunda raigambre caribeña.
Mañana, por fin, nos aguarda el ascenso.

Turquino. From the school they speak to us of him. The tip upper of Cuba, in the Sierra Maestra, East. And since then we dreamed to conquer it. Thus a good day of March of 2004 arrived. Students still, but of third year of Journalism, undertake the adventure. The plan is to raise by the slope of Santiago of Cuba. Passage in train and guitar in hand, from Havana begins a trip to the other end of the country that by much, will be memorable; for some unique. Santiago de Cuba. Wonderful and it cheers dawn when finally the train arrives, and the guitar. First it is the mausoleum of Marti, in the cemetery Santa Efigenia, to passages of the station, and all history mother country that hoards in its walls. Soon it will be the city and its people. The National Sanctuary of the Virgin of the Charity of Cobre; the steps of the street Padre Pico; the Bacardi museum. Everything summarizes history and tradition in the second city of Cuba. In a stop, the quarter Guillermón Moncada, in whose events of the July 26 of 1953 the aurora of the Cuban Revolution dreamed up. And we finished the day saturating at night of the Plaza de Armas, all light and space of a deep Caribbean city . Tomorrow, finally, it waits the ascent to us.


Viaje al Turquino (II)

Viaje al Turquino (III)