Quiso la geografía que el tabaco encontrara en nuestras
tierras su mejor sustrato. De los aborígenes heredaron los emigrantes los
secretos y destrezas de su cultivo. Las vegas de San Juan y Martínez y San Luis
proveen la magnífica hoja con la que se tuercen, a mano, los mundialmente conocidos
Habanos. Pinar del Río, o vueltabajo, como se le conoce a la hora de
hablar de esta planta, atesora una rica tradición.
En los campos y establecimientos de beneficio encontramos a
los depositarios de esa cultura que por estos días está de fiesta con el XVIII
Festival del Habano.
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