Por Reno Massola
Cuando caminamos una  ciudad se nos escapan muchísimos detalles que
nos hablan de costumbres, tradiciones y del espíritu del pueblo que la habita.
Con paciencia y perspicacia podemos descubrir historias detrás de cada uno de
ellos.  Alejo, mi profesor de Historia
del arte, nos decía que  nos perdíamos la
mitad de la ciudad porque nunca mirábamos para arriba. Y es verdad.  
Al  paso y con paciencia podemos admirar como se
imbrica el pasado con el presente en los detalles de  las puertas, por ejemplo. Las  olvidadas aldabas, con la que llamábamos  a los vecinos, hoy sustituidas por un timbre
o simplemente por los nudillos de las manos. 
El hierro y el cristal remplazando la madera de antaño. El tiempo y
sus  malos aliados carcomiendo la
historia. 
Podría parecer indiscreto ir
de puerta en puerta, y más con una cámara fotográfica en mano.  Pero este no es el caso.  











Toc-toc buenismas fotos Reno. un abrazo
ResponderEliminarHago mías tus palabras Robe... Excelentes fotos!!! Un fuerte abrazo para ambos y bendiciones miles con inmensa luz iluminándonos el camino.
ResponderEliminar